Una charla con Ana Jaramillo, socióloga, periodista, rectora de la UNLA (Universidad nacional de Lanús) y además sobreviviente de los años más oscuros que conoció nuestro país.

Hablar con Ana Jaramillo siempre es un gusto. Pertenece al mermado, cada vez más, olimpo de conversadores ingeniosos, hiper culta y sencillamente amable. El diálogo comienza por el momento de las grandes decisiones en la vida de esta militante y llega casi a nuestros días. Dos países, dos historias. Dos realidades.

¿Cuándo regresa del exilio en México?

A principios de 1983. Todavía estaba la dictadura, obviamente, no tenía mucha seguridad para estar. Pero estaba decidida a entrar. Trabajé en La Voz, empecé a trabajar con Don Vicente Saadi en su estudio y así pasó el primer año. Militando y trabajando en periodismo que era lo había hecho antes de partir. Daba clases en la UBA y trabajaba en prensa, en la revista Estrategia con el señor Guglielmeli. Ahora hice un libro con todos sus artículos que se llama Pensar con estrategia y en él cuento lo que había pasado en el ’76. Habían matado a Torres, el presidente de Bolivia. También habían matado al General Prats de Chile y ya era muy complejo seguir trabajando de periodista y profesora universitaria. Además tenía mi hija de cuatro años, me habían ido a buscar varias veces y me fui a México.

¿Hizo algún análisis del papel del Diario La Voz dentro del periodismo argentino?

No hice ningún análisis. Estoy recuperando de atrás para adelante. Hice este libro que decía anteriormente y otro libro, sobre la Revista Qué, que fundó mi padre y donde en la segunda época escribieron Scalabrini Ortíz y Jauretche. El libro se llama Forjando una Nación. Todavía no llegué a La Voz, ando por 1970 y pico y no sé si llegaré a esa época, igualmente hay muchos que están escribiendo sobre aquello.

El concepto poder en su generación, protagonista de los ’70, tiene un hilo conductor que llega hasta 2003, con Kirchner asumiendo la Presidencia de la Nación. ¿Puede hablarse de una reinterpretación de este concepto, aparecen nuevos elementos?

El elemento juventud se podría trasvolar. El entusiasmo, los sueños, las ganas de participar que se ven ahora y que no se veían desde los años ’70. Tienen que ver con estilo de ejercer el poder. Para lo que algunos resultaba conflictivo, agresivo…como lo expusimos los rectores en el Documento de fines del año pasado. No se puede pelear contra los monopolios, la distribución de la riqueza siendo tibios o dubitativos. Pero la diferencia es, quizá, la proliferación de la cultura mediática y Kirchner era un cuerpo a cuerpo. La gente no veía lo que supuestamente no podía ver, por que los medios mediaban. Sin embargo todo el pueblo que lo veía en los actos, las villas o en el interior del país. Lo cierto es que por más que los medios escribieran en contra o pretendieran mediar esa relación entre él y la gente, como hemos visto no pudieron mediarla. Por que esta vez el pueblo salió a la calle. Esta es una forma, diría, territorial de estar con la gente y no importarle demasiado lo que digan los medios. Más allá de que creo imprescindible democratizar la información y también la formación. No sólo la libertad de expresión sino también la libertad para formar a los jóvenes. Puesto que los medios no hacen ninguna tarea de formación sino más bien de deformación. No cuentan la historia verdadera sino cuentan lo que quieren contar. Por suerte, la mayor parte de nuestro pueblo, no compra el diario y la mayor parte no accede al servicio de cable. Ahora que comenzamos a transitar la democratización de los medios, por ejemplo, nuestra universidad va a tener su radio y televisión y entonces podremos formar a los jóvenes diciéndoles la verdad, para que conozcan todo.

Como dijo la Presidenta, que conozcan no sólo una voz, un monopolio. Sea gráfico, televisivo o radial. No sé si he contestado a su pregunta. Preguntaba por las diferencias y más bien estaba remarcando las continuidades. Me parece que la continuidad es Kirchner, haciendo política con el cuerpo, no mediando. No era una persona que hablaba por la televisión. Era como antes, uno se juntaba con la gente, no con los periodistas.

Una vida literalmente entregada en pos…

Es que resulta fuera de lugar pedirle a alguien que sea otra cosa. Silvio Rodríguez dice: “muero como viví”. Nunca hice gimnasia en mi vida y algunos creen que es muy saludable, pero si a los sesenta años me pongo hacer gimnasia, seguro que me muero. Somos de la misma generación y a los sesenta años no se nos puede pedir que vivamos de una manera diferente a como hemos vivido.

¿Fuma todavía?

Sí y mi médico que no es un médico ortodoxo, más bien es acupunturista y homeópata. Le dije: debería dejar de fumar y me dijo: bueno, eso lo discutimos fumando un pucho. Lo que no se debe hacer es fumar demasiado.

A partir de la muerte de Néstor Kirchner, los medios visibilizan un actor impensando: los jóvenes. ¿Es posible pensar a los jóvenes en los ideales de la militancia de los ’70?

No, no creo que ningunos de nosotros, los sesentones, querríamos que nuestros jóvenes emprendieran el camino que emprendimos nosotros, La historia de nuestro país en los ’70 era otra. En mi caso, había votado una sola vez y ya tenía veintisiete años. Vivimos de dictadura en dictadura con una primavera en el ’73.

No puede ser la misma militancia política por que la realidad es otra. No se inventan las realidades y la práctica deben hacerla en su país y en su lugar, en un momento histórico determinado. En este momento estamos avanzando en lo que durante muchos años quisimos. Se destruyó y volvió aparecer con Kirchner. Lo que hay que alentar es, justamente, la esperanza, la forma constructiva de hacer política, con organizaciones más abiertas, dejando atrás a modelos de organización cerradas, que se enfrentaban entre sí por distintos métodos de lucha. Me da mucho placer entrar a la CGT con la Juventud Sindical, la Juventud Peronista, la Juventud Universitaria Peronista y están todos juntos. Eso es maravilloso. Fui a la Quinta en San Vicente y encontré una placa que está puesta por las tres Juventudes Lealtad Peronista, Juventud peronista y Juventud Sindical. Esto es lo que siempre debería haber sido. Pero bueno, no se puede analizar la historia con el deber ser. Es falso. Esta generación de los `70 no hay que ni idolatrarla ni denostarla, vivió las condiciones de militancia y participación política del momento, que era otro.

- ¿Cómo sería la integración actual?

Hay discusiones dentro de los jóvenes. Agrupaciones como la “22 de noviembre” por el día de la Gratuidad Universitaria; “20 de noviembre”; el “Movimiento Evita”; la “Cámpora”…todos ellos tiene como un paradigma setentista, podríamos decir. Por lo cual uno es un referente y sobre todo por que siempre lo que me interesa es formar jóvenes. Con los coetáneos sabemos de qué hablamos. La formación política es para esta época, no para los ’70.

La película que hice “Los hijos de la antinomia” es por que crecimos en ella. Entre Quarracino y Mugica, aparece la antinomia. Lo mismo entre el General Valle y el General Mosconi y el General Videla o Harguindeguy, otra. Así crecimos nosotros y ahora las antinomias, a veces, son contradicciones; otras son matices. A veces intereses económicos concretos, pero no es a vida o muerte. En esa época vivíamos de dictadura en dictadura. Entonces la práctica política de esa época se debía a las condiciones de la realidad política de ese momento. Con los jóvenes debemos tener presente que la formación política de ellos no es la misma que la que tuvimos nosotros, especialmente, en la práctica. La práctica actual es otra cosa.

En la UNLA tenemos un seminario permanente de pensamiento nacional que sirve como para empezar. Que sepan en dónde viven, cuál es la historia de su país, antes de querer impostar reivindicaciones que son de otras latitudes. Nuestros pabellones se llaman Scalabrini Ortíz, Jauretche, Marechal, todos pensadores nacionales, creadores, que en general nunca fueron homenajeados por las universidades. Aunque ahora está de moda “San Jauretche”.

Lo que buscamos es empezar a conocer el verdadero pensamiento nacional y la verdadera historia nacional. No se puede hacer política pensando que se está en Tailandia o París. Estamos en el país en que estamos y debemos conocerlo para desde esta realidad crecer y no impostar cuestiones importadas. Lo que el mismo Jauretche denominada el colonialismo pedagógico.

A partir del creciente papel protagónico de las redes sociales, ¿es posible hablar de una cierta horizontalidad en la comunicación?

Creo que los cambios científico tecnológicos modifican la realidad. De hecho la transforman para mejor y a veces para peor. El tema está en el uso social que se hace de la ciencia y la tecnología; cómo podemos controlar el uso social del desarrollo científico. El que inventó la cibernética, Norbert Wiener escribió un libro muy interesante que se llama “Dios y el Golem. Sociedad Anónima” por que el fue que inventó el tema de la retroalimentación en las primeras computadoras. Con eso tiraron la bomba y se les escapó de las manos, como el aprendiz de brujo. El desarrollo científico si no se tiene claro la función social del mismo pueden aparecer usos en contra de la humanidad misma. Ahora por el momento lo que se ve es si bien insisten en no querer aplicar la Ley de Medios Audiovisuales para democratizar concretamente, pero en el mientras tanto esto de las redes sociales está cumpliendo un rol muy interesante. Fui una reunión con los bloggeros jóvenes y me divertí muchísimo. No sólo por la creatividad e imaginación de estos muchachos sino por que es algo que les gusta, divierte y entusiasma.

Creo que es muy importante este tema. Los jóvenes volvieron a entusiasmarse en la participación política con lo que a ellos les entusiasma: sobre todo desde la cultura, la música, videos, blogs, la construcción de imagen. Por que es la imagen en este siglo la que construye, de alguna manera, la realidad para algunos o todos, depende de las posibilidades que se tenga. Pero si esta construcción en lugar de hacerse en la realidad se hace a través de la imagen y no podemos, todos, hablar de esa realidad virtual… entonces va a quedar para algunos. Es lo que estamos tratando de evitar.

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