Entrevista a una educadora social- Frente Transversal- Eva Mamondes tiene 28 años, tres hijos varones –el más chiquito algo menos de un año. Vive en Morón y forma parte del grupo de compañeras promotoras y educadoras sociales. Eva hace su trabajo militante en el barrio San Francisco y están esperando que les habiliten desde el Ministerio de Acción Social el espacio que ya tienen en la calle Teniente Ibáñez 1415 de esa localidad –Morón. O se podría decir, el territorio, ese nombre genérico que se da al inmenso conglomerado humano, en muchos casos, áreas marginales o villas y que de extienden por todo el Gran Buenos Aires. Y Eva cuenta que San Francisco es, precisamente, un barrio carenciado.

Y también cuenta como se inició en este proceso de ser educadora social. “Ya mi abuelo –dice- tenía un comedor comunitario. Mi madre siguió con ese compromiso. Entonces, desde que nací veo ejercer la solidaridad, de ser parte de una comunidad y estar dentro de los problemas que tiene una comunidad. Eso es no quedar afuera, no pensar que hay que irse o no ver cuando el hambre o el frío asolan una barriada, sino todo lo contrario. Es ser una en el lugar donde naciste. Y todo vino como por casualidad, una mañana, en una reunión de promotores territoriales, Dora Arce me pregunta si me animaba a ser educadora en el barrio. Dijo que faltaban y me habló de las cooperativas y del plan Fines.

La propuesta básica era que los compañeros y compañeras que estaban en los grupos cooperativos del Plan Argentina Trabaja, que no hubieran terminado el primario y el secundario, pudieran comenzar o retomar, según cada situación personal y de todas las edades. Es algo importante cuando realmente bajan una oportunidad así, bajar una esperanza hacia los sectores más carenciados. La verdad, que tenía mis dudas, no sabía que respuesta podíamos tener, ya que hay pibes que una sabe que están en el paco, o mismo niños, que expulsan de las escuelas o simplemente abandonan porque se retrasan, por eso que cada familia tiene sus propios problemas y la madre sale a trabajar y los deja solos. Y por suerte para los chicos este Plan Joven, que es específico para los adolescentes cubre un área social importante.

- ¿Y como se va sintiendo la respuesta de la gente?

No sé que decirle, un poco asombra. Eso. El barrio respondió de una manera que yo no esperaba. Una ve como vienen las madres a las reuniones, como se preocupan por que se abra la escuelita. Que traen sillas, lo que pueden para ir armando el espacio. Lo que también se comprende y eso resulta evidente, estamos en otra época ¿cierto? A pesar de ser un barrio con problemas, con carencias tanto de infraestructura como sanitarias y que la pobreza y la desocupación habían golpeado con dureza, ahora, con las cooperativas han dado vida, han traído mucha esperanza y eso es fuerza para enfrentar esta situación que están viviendo. Hay chicos que salen de la droga, muchos hombres que por primera vez en años tienen un trabajo fijo, entonces, ya viven de otra manera. Creo que eso organiza una comunidad, una barriada. Se respira otro aire.

- ¿Le gusta hacer ese trabajo?

Con alma y vida. Además está eso que yo lo noto, existe que la gente se arrima, se junta, piensan juntos. Antes cada uno estaba encerrado y el que vivía al lado era, no digo enemigo, pero era algo lejano. Eso es lo que está cambiando. Yo lo veo cada día. Y en lo propio, en la capacitación, hay mucho para comprender, y comprender que es una oportunidad. Hay un gobierno…

- La presencia del Estado…

Es Cristina. Antes fue Néstor Kirchner. Y los cambios son eso que digo: estamos en otra realidad y tenemos que saber aprovecharla. Eso es lo que creo y es lo que comprenden los vecinos, los compañeros y todos. Y de ahí nace ese compromiso, es nueva participación. Y un barrio donde renace la vida social, es como una refundación. Y es lógico imaginar que lo mejor está por llegar, y lo mejor es lo que vayamos consiguiendo entre todos. Por eso enseñar a escribir a un chico… a un chico, a una mujer ya mayor. Que todos compartan eso como si fuera un juego, es algo lindo. Es lo que puedo decir.

Eva Mamondes, 28 años, 3 hijos varones, educadora Frente Transversal.

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